Harto ya de esperar el corazón.

Harto ya de esperar el corazón
en un último latido se suicidó,
cansado de estar siempre partido,
cansado de hacer siempre poco ruido.

Harto ya mi cuerpo de llorarte
y mis manos de no poder acariciarte,
se cansaron de la vida y en un suspiro
amaron a la muerte y le dieron su destino.

Harto ya mi sueño de ser solo sueño
y mi realidad de vivir siempre el mismo tiempo,
cansados de ser siempre solo eso
decidieron mezclar amor con viento.

Harto ya yo de ser el mismo hombre
y esperarte y ser siempre cuando y donde,
cansado de mi mismo y de mis suicidios
decidí escapar de mi carcel y ser libre de no amarte.

¿Para que...? Soledad del alma

Para que despertarse si no hay sol,
para que madrugar si no hay luna,
para que besar si no hay beso,
para que volar si no hay cielo,

para que vivir si no hay sueño,
para que caminar si no hay camino,
para que soñar si no hay vida,
para que recordarte si no hay recuerdo,

para que sangrar sin su lamento,
para que romperme más los huesos,
para que viento sin su aliento,
para que corazón sin tiempo.

Nacieron dos alas que en la paloma
dan vida a la luz que desprende su sombra
y de mi alma que llora de estar sola
se marcha para dejarla aún más sola.

He de amarte.

He de escribir unos versos en tu piel
directamente desde mis labios.
Ayer el cielo estaba lleno de estrellas
y solo una lucía en mi cabeza.

He de soñarte cada amanecer
porque o sino mi cuerpo muere de frio,
y entre las sabanas mi voz esta ciega
y mis ojos gritan para poder verla.

He de abrazarte por si algún día no lo puedo volver a hacer,
y besarte el corazón para que mi sabor guarde tu calor.
Si amar es morir de no tener ganas de vivir sin ella,
yo te amo y confieso que el amor de este amor es quien te desea.

He de cantarte otra canción que te recuerde que el ayer
sirvio solo para darme cuenta de que en este camino
no hay piedra que no me haga tropezar y encontrarme a la tristeza,
pero bendita sea cada piedra, porque me ayudo a chocar con ella.

Mi cuerpo, mi prisión.

Han llorado mis ojos otoños desde que te marchaste,
y entre hojas secas se formo en mi realidad una carcel
donde lo único que vive y nace en mi es mi latido
que desde el corazón parte y como aire muere en un suspiro.

No ha bastado la esperanza y la paciencia para olvidarte,
ni la herida en mi sangre que el tiempo y el sol logró cicatrizarme.
Cada noche te pienso sin tener opción de no pensar en ti,
porque apareces como el viento y el recuerdo no se aparta de mi.

Triste canción mi corazón canta desde este tronco agotado
por los cañonazos del dolor y el amor que le atacan como rayos,
no ha existido una flor sin su esencia, no ha llorado sin nubes el sol,
ni ha perdido el color su apariencia, ni hemos vuelto a ser dos.

Y entre noche y noche día para intentar salir de esta prisión,
pero no escapa el sol de entre dos lunas, ni voy a escapar yo,
no hay cura que abrace los vacios de tus caricias,
ni hay mentira que haga que tu realidad se funda con la mia.

Revive el corazón de un silencio nunca muerto.

Sólo por ti abrí el mundo al despertar,
sólo para soñarte a mi lado respirar.
Entre las nubes el sol esconde una lágrima
y entre mis párpados, los ojos, un rayo de esperanza.

No necesito verte otra vez para entenderlo,
revives el corazón de mi silencio nunca muerto,
te recuerdo y a veces te amo en el sufrimiento,
más tus labios cosieron mi amor roto por dentro.

No te pido que te dejes robar el tiempo,
no pido que me hagas fácil besar tu aliento,
sólo quiero que no seas recuerdo que olvidar,
que no enturbies más el agua de mi mar.

Una vez estuve tan sólo para escucharme,
yo mismo me decía "nada querrá nunca amarme"
yo mismo lloraba lágrimas de veneno
que destrozaban cada uno de mis huesos.

Pero despiertan tus ojos para abrazarme,
y deseo ser pájaro para anidar en tu pelo,
y quizás aire para fundirse en tu viento.

Al tic-tac de mi muerte en esta cárcel
aparece la llave de tu cielo y sangre
para liberar mi alma y corazón y amarte.