En la profunda noche oscura de corazón y alma,
he decidido abrir la piedra que tengo dentro,
en mi cuerpo, abrir este susurro mudo y oscuro
latir que me acompaña, atento lloro y escucho
que me hablan tus recuerdos, y escucho que me abrazan,
me dicen que no hay nada como volver a casa,
perdidos tanto tiempo... y ahora, en lágrimas, al encuentro
para ser alas contra el infierno del hombre muerto.
¡Que buena noticia poder amar de nuevo,
mirar al cielo y encontrar, dentro, la luz que sana!
Ya estoy despierto, y te siento caer, lágrima, al suelo.
¡Estoy tan contento de poder llorar de nuevo!
Que horrible escuchar el eco de un corazón vacío,
tantas veces le grité buscándote y no te encontré,
pero al ofrecerme yo a mi mismo en sacrificio,
siendo sordo te escucho, y estando ciego te he visto.
