Mi cuerpo, camino de tantos, huella de pocos,
abierto a mil espacios, cerrado a tus adentros,
herida que despacio curaron nuestros ojos
encontrándose de nuevo en un segundo muerto.
Tu cuerpo, surcado por mis pasos algo toscos,
como el viento que duerme y se mece, te siento,
cavidad do yacen al fuego tesoros de oro
que se funden junto con mi realidad y sueño.
Realidad que pierdo mientras al tiempo te pienso,
mis dedos buscan el tacto de esa esencia
que dejaron tus abrazos, sin ellos me pierdo...
Busco dentro del espejo, mi ser me esquiva,
huye donde pueda estar contigo siempre vivo,
fuera del pasado, en un presente, en un futuro
aún no forjado por los latidos del destino.
Huye por ser el viento que duerme en tu susurro.
Intento de poeta. Podrás cambiar el lugar, pero no el tiempo. Autor de sueños. Invisible. Viento que se va. El último tic-tac. En guerra contra mi alrededor sin ningún motivo. Soy alguien, a veces nadie, a veces nada para mucha gente, pero como todo el mundo alguna vez es alguien. Mi historia aún no ha acabado, y no dejaré que acabe hasta el día de mi muerte. Soy alguien que cree en los sueños y lucharé por el mío hasta conseguirlo.